10 COSAS QUE ME AYUDARON A HACER CRECER MI TIENDA
(Y MANTENERLA RENTABLE Y ESTABLE)

Esto me ha funcionado, talvez alguna también te sirva

 

A partir de mi experiencia como emprendedora durante los últimos cinco años, hoy acompaño a otras mujeres a profesionalizar sus negocios online y hacerlos más rentables, prácticos y sostenibles. Durante este camino he aprendido que emprender no se trata solo de vender, sino de construir un sistema que funcione, aunque tú no estés presente todo el tiempo.

He pasado por cada una de las etapas: la emoción de comenzar, la frustración de no vender, el miedo a invertir, los días de agotamiento y también la satisfacción de ver resultados reales. Por eso quiero compartir contigo las estrategias y hábitos que realmente marcaron una diferencia en mis tiendas. Son cosas simples, pero poderosas.

Quizás algunas también te sirvan.

1. Hacer reels propios
Este fue uno de los mayores cambios. Los reels son el gancho más fuerte para atraer nuevas personas, incluso sin publicidad. Te recomiendo mantenerlos cortos, de menos de 20 segundos, porque la atención en redes es cada vez más limitada. Usa luz natural, buen audio y, si decides hablar, sé auténtica. No temas mostrarte. También puedes usar música en tendencia si prefieres no hablar.

2. Salir en las historias
Mostrarte genera conexión y confianza. Al principio da pena, pero la vergüenza no genera ventas. Las personas compran cuando sienten cercanía, cuando saben quién está detrás de la marca. No te preocupes por lo que dirán tus amigos o conocidos, la mayoría no serán tus clientes. Enfócate en las personas que sí valoran lo que haces y en los sueños que te motivan.

3. Ser tú misma e interactuar
Las formalidades excesivas ya no venden. Lo que conecta es la autenticidad. Habla como lo harías con una amiga, comparte experiencias reales, muestra tus procesos, tus errores y tus logros. Haz preguntas, encuestas y genera conversación. Pero antes de eso, ten claro quién es tu nicho. Conocer a tu público te permitirá saber cómo hablarles y qué tipo de contenido los conecta.

4. Programar tus compras
Organizar tus compras fue, para mí, un antes y un después. Saber qué día voy a hacer cada compra, cuánto voy a invertir y en qué productos, me dio una tranquilidad enorme. Si no te preparas, las temporadas o colecciones te tomarán por sorpresa y terminarás comprando poco o sin estrategia. Desde que implementé este hábito, mi negocio y mis finanzas personales son más estables.

5. Dejar el miedo a invertir
Sí, da miedo. Todas lo sentimos. Pero si no arriesgas, no creces. Yo también me preguntaba: “¿Y si no vendo nada?”. Hasta que comencé a preguntarme: “¿Y si vendo todo?”. Cuando crees en lo que haces y conoces tu nicho, invertir deja de ser un riesgo y se convierte en una oportunidad. La clave está en hacerlo con estrategia y fe.

6. Conocer tus valores reales
Saber cuánto realmente te cuesta cada producto es indispensable. Debes tener claro el valor neto de compra, el costo de envío, el empaque, la comisión y el precio final. Solo así sabrás si realmente estás ganando o, sin darte cuenta, estás perdiendo parte de tu inversión. Por eso creé una calculadora de costos que me permite tener claridad total y tomar decisiones acertadas.

7. Encontrar el propósito de tu tienda
Tu tienda no es solo un negocio, es un reflejo de ti. Cuando entiendes el propósito que hay detrás —el porqué lo haces, qué te inspira y a quién quieres ayudar— todo cambia. El propósito te sostiene cuando las ventas bajan, te da dirección cuando dudas y te recuerda por qué comenzaste. Si aún no lo has identificado, tómate el tiempo de hacerlo. Es la base para todo lo demás.

8. Cuidar la experiencia del cliente
Cada cliente es una historia. No subestimes el poder de una buena atención, un empaque bonito o un mensaje personalizado. Lo que más vende no es el producto, sino cómo haces sentir a las personas cuando lo reciben. Cuida los detalles, responde con empatía, y convierte cada venta en una experiencia.

9. Ser constante, incluso cuando no hay resultados inmediatos
No todo funciona rápido, pero todo lo que haces con constancia deja huella. A veces las ventas bajan, los algoritmos cambian, o simplemente no hay motivación. Pero el éxito no se trata de inspiración, sino de disciplina. Mantente firme, sigue creando contenido, sigue aprendiendo y sigue creyendo. La constancia es lo que separa a las marcas que crecen de las que se quedan.

10. Orar y agradecer
Este punto, para mí, es el más importante. Dios conoce nuestros corazones y sabe por qué deseamos que nuestras tiendas prosperen. Cada vez que llegan los productos, pongo mis manos sobre las cajas y digo: “Dios, esto es tuyo. Guíame en este proyecto”. Cuando haces las cosas con fe, agradecimiento y propósito, todo fluye de una manera distinta.

Cada tienda tiene su propio camino, pero hay principios que son universales: claridad, fe, estrategia y constancia.
Si hoy te sientes cansada, frustrada o con miedo, recuerda que todas empezamos igual.
La diferencia está en no rendirse y en seguir aprendiendo, porque detrás de cada tienda exitosa hay una mujer que decidió creer en sí misma.

-LU